Nos estamos acostumbrando a
escuchar, ya con demasiada frecuencia, que la educación está en decadencia, que
está obsoleta y que hace más daño al niño/a que beneficios le aporta. Sentimos
un sistema educativo caduco y estanco que no cambia desde hace décadas. Al amparo de una sociedad que
cambia de manera vertiginosa, los niños poseen mucha información pero no saben
codificarla... ¿no saben o no pueden?... Esa es la cuestión que nos vamos a
plantear en este artículo.
Estamos negándole a los niños el
derecho de ser niños, de tratarlos como niños, de sentirlos como niños; pensamos
que el mero hecho de abonarlos con información es suficiente para que aprendan
significativamente y rutinariamente el concepto de la vida, el "concepto"
en sí.
El niño tiene "tiempos",
su cerebro tiene "tiempos". "Tiempos" que serán diferentes
en cada persona y para cada campo de aprendizaje. El cerebro está dispuesto, dependiendo
de la edad, a aprender ciertas cosas y otras tantas no... más adelante...
quizás.
Damos por hecho que comprenden
todo lo que les llega, ya sea vía escolar, vía internet, vía diálogo ... ¿Pueden?,
pues quizás no pueden, no pueden codificar toda esa información, esa maraña
infinita de datos que les llega a lo largo del día.
Hace poco leí un artículo sobre
la edad óptima de aprender la lectura y la escritura, si era necesario que
niños/as a edades tempranas, como son los 4 o 5 años están capacitados para
esta tarea; según Francisco Mora el cerebro va madurando y se van abriendo
"ventanas" a diferentes tipos aprendizaje según la edad y los
tiempos; quizás a algún niño esa "ventanita" se le abre a los 4 o 5
años, pero sí está comprobado, que a los 6 o 7 años se les abre a todos los
niños, por lo que estarán aptos para dicho aprendizaje generalizado.
Hay niños que sienten mucha
curiosidad y escriben su nombre, o descubren que en la calle o en los cuentos
hay letras, probablemente estos niños arranquen a leer de una manera
espontánea. Pero hay niños que tienen otros intereses y no estén en tiempo de
este aprendizaje.
Para el aprendizaje de la
lectoescritura es necesario tener una
madurez lecto-escritora y una madurez general de la persona, aspectos fisiológicos (coordinación general,
visión, audición, habla); psicomotores
(esquema corporal, lateralidad, estructura espacial y estructuración temporal);
emocionales (motivación, intereses,
afectividad, personalidad, adaptación); intelectuales (inteligencia, desarrollo
conceptual, razonamiento, atención, memoria); y ambientales (socioeconómicos, culturales y familiares). [1]
Si no se da esta madurez
lecto-escritora difícilmente el niño podrá captar el concepto y más
difícilmente ver la utilidad del acto.
"Con demasiada
frecuencia no se respeta el ritmo natural de la infancia y la adolescencia, y
fuerza una educación precoz y una adultez prematura de efectos nocivos y
perversos. Demasiados estímulos, presiones y prisas".[2]
Los expertos aseguran que cuatro y cinco años es muy temprano para
empezar a recibir una educación formal, estructurada en materias. En mi opinión
es que la lectoescritura no debe empezar antes de los seis años. Todos los
aprendizajes que se fuercen puede dañar el aprendizaje futuro.
Todos aquellos que me conocéis
sabéis mi actitud sobre el TDAH y
otro tipo de dificultades de aprendizaje.
No discuto que a los niños se les diagnostique esta "enfermedad",
pero creo que es más una consecuencia de estilos
de vida que una enfermedad en sí (en la gran mayoría de los niños), niños sobreestimulados
desde que nacen, niños sedentarios porque están esclavizados a
"aprender", porque no salen a la calle a jugar, niños que si hacen
algún tipo de deporte son deportes estructurados y reglados, etc... nada de
juego libre, actividades libres de reglas, pautas, puntuación.... niños encadenados
a un estilo de vida encorsetado hasta para el juego. Siempre es más fácil
medicar a un niño que cambiar todo un sistema educativo, todo un sistema de
vida.
El problema mayor que vemos no es
que se adelante este aprendizaje en infantil (que ya es un traba en sí, cuando
lo que el niño tiene que hacer es desarrollar sus habilidades motrices, motivación
, descubrimiento y tantas otras cosas que ya parecen "manías" de
tanto repetirlas y tanto hacer oídos sordos), el problema son todas aquellas
personas, en su mayoría padres, que compiten
por hacer saber lo listo y "sobredotado" que es su hijo, metiéndole
conceptos que el niño aprende como papagayo sin saber realmente cual es su
utilidad ni la finalidad de dicho aprendizaje para él, lo que sí saben, es que
sus papis están muy orgullosos y se lo hace saber a todo el mundo. Según el
médico Enrique Gavilán: "La competitividad es un factor clave para la
génesis
de los trastornos como el de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en los niños. La competitividad comienza por el individuo que se esfuerza todos los
días por ser el mejor de la clase, por superarse todos los días... esa sería
una competitividad sana.
Desde mi punto de vista, el 90% de la
competitividad está en los padres, hacen de sus hijos un instrumento de
competición para rivalizar con el resto de padres, sin saber el daño que pueden
estar haciendo a sus hijos.
¿Qué consecuencias puede traer?
Puede no traer consecuencias en el niño, ya que su cerebro posee la aptitudes
necesarias para dicho aprendizaje o por el contrario, al presionar a éste para
adquirir unos conocimiento a los que todavía no está capacitado, crearles un
problema de frustración y autoestima... o peor aún.
El aprendizaje cooperativo hace referencia al uso didáctico de equipos de trabajo reducidos, en los cuales los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de sus compañeros de equipo (Johnson, Johnson y Holubec, 1999). Desde mi punto de vista aprendizaje cooperativo-competitivo sería una manera de llamarlo, ya que se busca que ellos junto con los demás den lo máximo.
El aprendizaje cooperativo hace referencia al uso didáctico de equipos de trabajo reducidos, en los cuales los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de sus compañeros de equipo (Johnson, Johnson y Holubec, 1999). Desde mi punto de vista aprendizaje cooperativo-competitivo sería una manera de llamarlo, ya que se busca que ellos junto con los demás den lo máximo.
Los métodos de aprendizaje
cooperativo necesitan la heterogeneidad
de los alumnos y las alumnas. Es una metodología que no sólo reconoce la diversidad sino que obtiene de ella un beneficio
instruccional. De hecho, sin diferencias entre los alumnos no se puede llevar a
cabo aprendizaje cooperativo.
Para ser más clara, el trabajo
cooperativo no compite, sino que suma fuerzas hacia el objetivo. Puede suceder
que un grupo cooperativo compita con otro, pero dentro del grupo, nadie
quiere ganar a su compañero, sino juntos, al otro equipo.
Hay una paradoja en infantil, los alumnos se
sientan en grupos, pero raramente trabajan en grupo, sino que, colocados así,
hacen un trabajo estrictamente individual, por lo que el objetivo más importante,
el del trabajo en equipo y cooperativo, no se cumple.
En cuanto a la manera de trabajar
en el aula, hacer lo mismo con diferente metodología partiendo de las
capacidades de los alumnos, no significa perder la calidad de la educación, ni
tan siquiera perder la capacidad de trabajo y esfuerzo, al contrario que la
mayoría de personas creen. El hecho de aprender de una manera lúdica, sobre
todo en los primeros años de estudios, no creo que sea perjudicial, sino que
irá más acorde con el proceso cognitivo del alumnado a cortas edades; será más
fácil ver la utilidad de lo estudiado, acorde con su proceso evolutivo. No es lo
mismo aprender el sistema respiratorio delante de un libro sin poder moverse ni
hablar con el compañero que hacerlo de una manera práctica y cooperativa donde
el aprendizaje será motivador y lúdico. De hecho es necesario más esfuerzo,
mayor concentración, más perseverancia y no sólo aprenden el sistema
respiratorio sino que su aprendizaje será más global como persona. Además del
sistema respiratorio, aprenden "in situ" cómo funciona dicho sistema,
trabajan la psicomotricidad fina y gruesa, trabajan los colores, grande
pequeño, lateralidad, visión espacial y un largo etc. Lo que nos demuestra que
otra manera de enseñar es posible y probablemente es más completa. Será un
aprendizaje difícil de olvidar.
Carmen Algarín González
[2] Jaume Carbonell
(pedagogo, periodista y sociólogo, director de la revista “Cuadernos de
pedagogía” y profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Vic) en
su libro”Una educación para mañana”.
Algunos ejemplos de aprendizaje significativo basado en un aprendizaje vivencial y cooperativo, en este caso, niños aprendiendo el sistema respiratorio y aparato digestivo.
Links de otros ejemplos llevados a la prácticas en diferentes colegios: